y practicar tu Justicia.
Ayúdanos a cambiar, Señor
nuestra mirada mundana, egoísta,
poco comprometida,
temerosa, acomodada.
Ayúdanos a cambiar
para mirar las cosas, el mundo,
la vida, con tu mirada
y desde tus ojos.
Quítanos las anteojeras
que vamos construyendo
a lo largo de los años,
que nos aíslan del dolor
y del sufrimiento
de los que caminan al lado.
Sacude nuestro corazón
para que aprendamos a ver
con los ojos llenos de Evangelio
y Esperanza de Reino.
Corre ya el velo de nuestros ojos
para que, viendo, podamos
con-movernos por los otros
y movernos desde lo profundo de cada uno
para acudir a dar una mano
(y la otra, y la vida toda…)
a los que están caídos
al costado del camino,
a los que esta sociedad ciega
ha tirado a un costado
porque no cuentan o no interesan
a las leyes del mercado.
Ayúdanos Señor a ver y a cambiar… a verte y a optar…
a utilizar esos lentes maravillosos que nos dejaste
para mirar el mundo, la realidad, la vida:
La mirada del Evangelio,
para ver con tus ojos de Dios… y practicar tu Justicia.
Danos, Señor mirada compasiva
para poder decir al abatido una palabra de aliento.
Danos un corazón sensible para luchar por la justicia y la paz.
Que no olvidemos que cuanto hagamos con nuestros her manos, contigo lo hacemos.
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