En el fondo del corazón, todos soñamos, todos creemos que tenemos un don, que podemos ofrecer algo especial, que podemos amar de una manera única, que podemos comunicarnos y entendernos con los demás de un modo muy singular, que podemos mejorar este mundo.
Entonces... Sigamos confiados y poniendo todo para lograr lo que queremos en la vida.
Mantengamos vivas las aspiraciones y no dejemos todo en manos del destino.
Hagamos nuestra parte del trabajo construyendo sobre los sueños, avanzando sobre las aspiraciones, sabiendo que los logros necesitan de mucho esfuerzo, de coraje, de tiempo, de aciertos y errores, de tristezas, de alegrías y esencialmente de la fe, que es ese llamado interior que te sacude y te levanta cuando bajo cualquier excusa comienzas a renunciar.
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