Si el año litúrgico se convierte en un camino progresivo a lo largo del cual vamos profundizando más y más en ese doble misterio de Cristo y de la Iglesia, «es de esperar que la vivencia de este año litúrgico 2021-2022, marcado todavía por tantas dificultades, y especialmente por la pandemia, en lo que quiera Dios que sean sus últimos momentos, sea para todos una experiencia de encuentro personal y comunitario con Cristo en el que la historia de la salvación, cuyo culmen es el Misterio pascual de Cristo, siga siendo para nosotros fuente de salvación en las situaciones concretas que nos toca vivir», anota en la introducción del Calendario Litúrgico-Pastoral el sacerdote Ramón Navarro Gómez, director del secretariado de la Comisión episcopal para la Liturgia.
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