Cambia el cansancio


“Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré” (Mt 11,28-30)

Recientemente nos sorprendía una encuesta: un alto porcentaje de jóvenes no tienen motivaciones para seguir estudiando. Esto es serio. ¿En qué estamos fallando? Nos agobia la sociedad de la opulencia (¡tenemos todo tan fácil y tan al alcance de la mano!). Nos cansa el ocio, las fiestas, las idas y venidas, los amigos y el estudio, el trabajo. Hasta el vivir nos puede llegar a aburrir y cansar.
El Adviento es un tiempo de esperanza. Estas semanas nos ofrecen una serie de vitaminas que son imprescindibles para ser felices: la alegría (que no es la del payaso), el regalo de la paz interior (que no es el regalo del Corté Inglés), el optimismo de la fe (que no es la ilusión ni los maniquís de los escaparates). 
Vamos a cambiar el cansancio por la paz que, Jesús, nos ofrece en su descendimiento hasta nosotros en Navidad. ¡Gracias, Señor! ¡Necesitamos tu venida! ¡Nos encontramos un poco hartos y agotados en este mundo!

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