Ven, Señor


¡Ya, Señor! ¿Para cuándo esperas? ¡Ahora!
Ven pronto, ven, que el mundo gira a ciegas ignorando el amor que lo sustenta.
Ven pronto, ven, Señor, que hoy entre hermanos se tienden trampas y se esconden lazos.
Ven, que la libertad está entre rejas
del miedo que unos a otros se profesan.
Ven, ven, no dejes ahora de escucharnos cuando tanto camino está cerrado
¡Ya, Señor! ¿Para cuándo esperas? ¡Ahora!
¿No has de ser la alegría de los probres, de los que en ti su confianza ponen?
¿No has de ser para el triste y afligido consuelo en su pesar, luz en su grito?
¿Quién pondrá paz en nuestros corazones si tu ternura y compasión se esconden?
¿Quién colmará este hambre de infinito
si a colmarlo no vienes por ti mismo?
¡Ya, Señor! ¿Para cuándo esperas? Ahora

Desde el Corazón... comparto contigo lo mío


Hola Jesús;
amigo, hermano y Dios mío.

Qué bien me siento
cuando alguien comparte algo suyo conmigo,
o cuando me presta con agrado algo que necesito,
o cuando me da una cosa sin pedirme nada a cambio.

Qué egoísta sería yo, Jesús, si sólo quisiera
que los demás compartieran sus cosas conmigo
y yo no hiciera lo mismo con ellos.

No dejes nunca, Jesús, que caiga en el egoísmo.
No quiero ser alguien que lo quiere todo para él
y no deja nada a los demás.
No quiero ser alguien que sólo se preocupa de sus cosas,
y se olvida de lo que puedan necesitar sus compañeros o amigos.
No quiero ser alguien caprichoso
que siempre está comprándose cosas y más cosas,
para tener más que nadie, o para presumir.

Ayúdame Jesús, a ser una persona
que sabe compartir lo que tiene.
Tú decías que hay más alegría en dar
que en recibir. Y es verdad.
Hay más alegría en compartir
y hacer felices a los demás,
que en tener más y más cosas
para disfrutarlas uno solo.

¡Busca la LUZ!

Busca la luz. No te quedes con una pequeña lámpara o una linternita. Juan no es la luz. La gente que nos encandila no es la luz. Nuestros pequeños o grandes ídolos no son la luz. El Mesías es la LUZ.
La única luz que puede encender nuestra mecha, esa mecha que busca ser prendida por el que es la LUZ. Esa mecha que solo queda satisfecha con una LUZ que ilumina en la oscuridad, que vence a la muerte, que elimina los odios, que nos concede la paz, que guía a aquellos que quieren adentrarse en el camino único de Belén. Y lo hace desde la alegría del brillo que ofrece el Amor.

Calendario de Adviento desde México

Marco Antonio nos envía desde México un buen calendario de Adviento 2016 en baja, media y alta resolución para compartir desde Reflejos.
Podéis descargarlo AQUÍ
Gracias , Marco Antonio por tu generosidad.

Adviento, tiempo de abrir puertas


Señor, si no estás aquí, ¿dónde te buscaré estando ausente?
Si estás por doquier, ¿cómo nos descubro tu presencia?
Cierto es que habitas en una claridad inaccesible.
Pero ¿dónde se halla esa inaccesible claridad?
¿Quién me conducirá hasta allí para verte en ella?
Y luego, ¿con qué señales, bajo qué rasgos te buscaré?
Nunca jamás te vi, Señor, Dios mío; no conozco tu rostro...
Enséñame a buscarte
y muéstrate a quien te busca,
porque no puedo ir en tu busca, a menos que Tú me enseñes,
y no puedo encontrarte si Tú no te manifiestas.
Deseando te buscaré,
te desearé buscando,
amando te hallaré,
y encontrándote te amaré.

San Anselmo

Esperando a Jesús


Vivir el 1º domingo de Adviento, ciclo A

MATEO 24, 37-44

Ahora bien, lo que pasó en tiempos de Noé pasará en la llegada del Hijo del hombre; es decir, lo mismo que en los días antes del diluvio la gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca y, estando ellos desprevenidos, llegó el diluvio y arrambló con todos, así sucederá también en la llegada del Hijo del hombre. 
Entonces, dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. 
Por tanto, manteneos despiertos, pues no sabéis qué día va a llegar vuestro Señor. 
Ya comprendéis que si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, se quedaría en vela y no lo dejaría abrir un boquete en su casa. 
Pues estad también vosotros preparados, que cuando menos lo penséis llegará el Hijo del hombre.

CON LOS OJOS ABIERTOS

Las primeras comunidades cristianas vivieron años muy difíciles. Perdidos en el vasto Imperio de Roma, en medio de conflictos y persecuciones, aquellos cristianos buscaban fuerza y aliento esperando la pronta venida de Jesús y recordando sus palabras: «Vigilad. Vivid despiertos. Tened los ojos abiertos. Estad alerta».
¿Significan todavía algo para nosotros estas llamadas de Jesús a vivir despiertos?
¿Qué es hoy para los cristianos poner nuestra esperanza en Dios viviendo con los ojos abiertos?
¿Dejaremos que se agote definitivamente en nuestro mundo secular la esperanza en una última justicia de Dios para esa inmensa mayoría de víctimas inocentes que sufren sin culpa alguna?
Precisamente, la manera más fácil de falsear la esperanza cristiana es esperar de Dios nuestra propia salvación eterna mientras damos la espalda al sufrimiento que hay ahora mismo en el mundo. Un día tendremos que reconocer nuestra ceguera ante Cristo Juez: ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, extranjero o desnudo, enfermo o en la cárcel, y no te asistimos? Este será nuestro diálogo final con él si vivimos con los ojos cerrados.
Hemos de despertar y abrir bien los ojos. Vivir vigilantes para mirar más allá de nuestros pequeños intereses y preocupaciones. La esperanza del cristiano no es una actitud ciega, pues no olvida a los que sufren. La espiritualidad cristiana no consiste solo en una mirada hacia el interior, pues su corazón está atento a quienes viven abandonados a su suerte.
En las comunidades cristianas hemos de cuidar cada vez más que nuestro modo de vivir la esperanza no nos lleve a la indiferencia y el olvido de los pobres. No podemos aislarnos en la religión para no oír el clamor de los que mueren diariamente de hambre. No nos está permitido alimentar nuestra ilusión de inocencia para defender nuestra tranquilidad.
Una esperanza en Dios que se olvida de los que viven en esta tierra sin poder esperar nada, ¿no puede ser considerada como una versión religiosa de un optimismo a toda costa, vivido sin lucidez ni responsabilidad? Una búsqueda de la propia salvación eterna de espaldas a los que sufren, ¿no puede ser acusada de ser un sutil «egoísmo alargado hacia el más allá»?
Probablemente, la poca sensibilidad al sufrimiento inmenso que hay en el mundo sea uno de los síntomas más graves del envejecimiento del cristianismo actual. Cuando el papa Francisco reclama «una Iglesia más pobre y de los pobres», nos está gritando su mensaje más importante e interpelador a los cristianos de los países del bienestar.
José Antonio Pagola

Desde el Corazón... despierto con alegría


No podemos vivir adormilados, ni ir por la vida con el pijama puesto y la mente embotada pensando en el dinero, o en los regalos o en cosas que, en el fondo, no nos hacen ser felices. Adviento es tiempo de despertarse con alegría. El reloj del Adviento es reloj que impulsa y despierta. Nos invita a velar, a permanecer despiertos, vivos, activos, comprometidos, con un rumbo claro y no equivocado. Nos encaminamos hacia Belén. Se ve la Estrella en el horizonte, la cueva…

Ahora toca dejarse prender por la vela de este primer domingo, que nos impulsa a no caminar en la oscuridad ni en el ensueño, sino en la senda de la búsqueda y del encuentro.

Adviento 2016


Recursos Adviento 2016

Recursos de Adviento 2016 del Arzobispado de Valencia AQUÍ

Marcapáginas para Adviento

Detenerte


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En ESTE ENLACE podréis descargar la Dinámica de Adviento 2016 "Viajamos a Belén para encontrarnos con Jesús"

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Serás feliz...


La vida... con humor


Caminar es crecer


Caminar es crecer y superarse.
Caminar en presencia del Señor es sentir su cercanía,
dejarse guiar por sus deseos,
dejarse envolver por su ternura.

Caminar hacia el país de la vida es luchar contra la muerte,
defendiendo la justicia y sembrando esperanza.
Pero ¿dónde está, Señor, el país de la vida?
¿Dónde se encuentra la morada del amor?
Porque muchas veces me repito:
“¡Cuántas cadenas me atan! ¡Cuántas tristezas y desencantos!

Rompe, Señor, mis cadenas y libérame de mis apegos.
Dime cuál es el país de la vida y llévame tú de la mano.
Y me dejaré guiar, y cantaré tus alabanzas.

Bendito seas, Señor, que rompiste mis cadenas.
Bendito seas, Señor, que me llenas de vida,
que me conduces al país de la vida.
Tú eres la tierra de la dicha,
el país de la libertad, el reino del amor.
Bendito seas, Señor, mi camino, mi vida y mi alegría.
Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.

Quiero conocerte


“Una vez más, anclado en el presente y lanzando mis miradas al futuro, vuelvo, en soledad, a elevar mis manos hacia Ti, a quien me acojo, a quien  solemnemente he dedicado altares en el corazón, en lo más hondo de él, para que en todo tiempo tu voz vuelva a llamarme. Sobre ellos arde, profundamente inscrita, esta palabra <Al Dios Desconocido>.

Soy tuyo, aunque el mal, hasta este momento haya venido atenazando mi espíritu. Soy tuyo y los lazos percibo que en lucha tiran de mí hacia arriba, y, aunque quisiera huir, me fuerzan a servirte. ¡Quiero conocerte, desconocido! que tocas en lo profundo de mi alma, que cual tormenta recorres mi vida, inconcebible, Tú afín a mí. Quiero conocerte y siempre
servirte”.

Friedrich Nietzsche

"Hoy hemos visto maravillas"


Lucas 5, 17-26
Un día Jesús estaba enseñando y estaban también sentados ahí algunos fariseos y doctores de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, de Judea y de Jerusalén. El poder del Señor estaba con él para que hiciera curaciones.
Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de entrar, para colocarlo delante de él; pero como no encontraban por dónde meterlo a causa de la muchedumbre, subieron al techo y por entre las tejas lo descolgaron en la camilla y se lo pusieron delante a Jesús. Cuando él vio la fe de aquellos hombres, dijo al paralítico: "Amigo mío, se te perdonan tus pecados".
Entonces los escribas y fariseos comenzaron a pensar: "¿Quién es este individuo que así blasfema? ¿Quién, sino sólo Dios, puede perdonar los pecados?" Jesús, conociendo sus pensamientos, les replicó: "¿Qué están pensando? ¿Qué es más fácil decir: ‘Se te perdonan tus pecados‘ o ‘Levántate y anda‘? Pues para que vean que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados —dijo entonces al paralítico—: Yo te lo mando: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa".
El paralítico se levantó inmediatamente, en presencia de todos, tomó la camilla donde había estado tendido y se fue a su casa glorificando a Dios. Todos quedaron atónitos y daban gloria a Dios, y llenos de temor, decían: "Hoy hemos visto maravillas".

Reflexión
El tiempo de Adviento es un tiempo en que debemos de retomar fuerzas para el camino, pues aunque ya disfrutamos de la vida del Reino, nos hacemos conscientes que ésta aún no ha llegado a la realización definitiva, pero puede ser también tiempo para levantarnos de nuestra parálisis espiritual, o incluso de ser, como en el pasaje que acabamos de leer, el "instrumento" por el cual otros hermanos "paralizados" espiritualmente puedan reiniciar su camino y su crecimiento espiritual. La manera ordinaria en que se sale de esta parálisis es a través del sacramento de la Reconciliación. Es en este sacramento en donde se fortalecen nuestras rodillas vacilantes y desde donde podemos reiniciar nuestro crecimiento en la gracia y el amor de Dios.
Aprovecha, pues, este tiempo de Adviento, no sólo para participar tú mismo de este sacramento de amor, sino para invitar, sobre todo a los miembros de tu familia, a participar del sacramento y así celebrar con gozo la fiesta de la Navidad.

Cada persona


Vivir el 34 domingo de TO, ciclo C

LUCAS 23, 35-43
El pueblo se había quedado observando. Los jefes, a su vez, comentaban con sorna: - A otros ha salvado; que se salve él si es el Mesías de Dios, el Elegido. También los soldados se burlaban de él; se acercaban y le ofrecían vinagre diciendo: - Si tú eres el rey de los judíos, sálvate. Además, tenía puesto un letrero: ÉSTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba. ¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti y a nosotros. Pero el otro se lo reprochó: - Y tú, sufriendo la misma pena, ¿no tienes siquiera temor de Dios? Además, para nosotros es justa, nos dan nuestro merecido; éste, en cambio, no ha hecho nada malo. Y añadió: - Jesús, acuérdate de mí cuando vengas como rey.  Jesús le respondió: - Te lo aseguro: Hoy estarás conmigo en el paraíso.

CARGAR CON LA CRUZ

El relato de la crucifixión, proclamado en la fiesta de Cristo Rey, nos recuerda a los seguidores de Jesús que su reino no es un reino de gloria y de poder, sino de servicio, amor y entrega total para rescatar al ser humano del mal, el pecado y la muerte.
Habituados a proclamar la «victoria de la Cruz», corremos el riesgo de olvidar que el Crucificado nada tiene que ver con un falso triunfalismo que vacía de contenido el gesto más sublime de servicio humilde de Dios hacia sus criaturas. La Cruz no es una especie de trofeo que mostramos a otros con orgullo, sino el símbolo del amor crucificado de Dios que nos invita a seguir su ejemplo.
Cantamos, adoramos y besamos la Cruz de Cristo porque en lo más hondo de nuestro ser sentimos la necesidad de dar gracias a Dios por su amor insondable, pero sin olvidar que lo primero que nos pide Jesús de manera insistente no es besar la Cruz sino cargar con ella. Y esto consiste sencillamente en seguir sus pasos de manera responsable y comprometida, sabiendo que ese camino nos llevará tarde o temprano a compartir su destino doloroso.
No nos está permitido acercarnos al misterio de la Cruz de manera pasiva, sin intención alguna de cargar con ella. Por eso, hemos de cuidar mucho ciertas celebraciones que pueden crear en torno a la Cruz una atmósfera atractiva pero peligrosa, si nos distraen del seguimiento fiel al Crucificado haciéndonos vivir la ilusión de un cristianismo sin Cruz. Es precisamente al besar la Cruz cuando hemos de escuchar la llamada de Jesús: «Si alguno viene detrás de mí... que cargue con su cruz y me siga».
Para los seguidores de Jesús, reivindicar la Cruz es acercarse servicialmente a los crucificados; introducir justicia donde se abusa de los indefensos; reclamar compasión donde solo hay indiferencia ante los que sufren. Esto nos traerá conflictos, rechazo y sufrimiento. Será nuestra manera humilde de cargar con la Cruz de Cristo.
El teólogo católico Johann Baptist Metz viene insistiendo en el peligro de que la imagen del Crucificado nos esté ocultando el rostro de quienes viven hoy crucificados. En el cristianismo de los países del bienestar está ocurriendo, según él, un fenómeno muy grave: «La Cruz ya no intranquiliza a nadie, no tiene ningún aguijón; ha perdido la tensión del seguimiento a Jesús, no llama a ninguna responsabilidad, sino que descarga de ella».
¿No hemos de revisar todos cuál es nuestra verdadera actitud ante el Crucificado? ¿No hemos de acercarnos a él de manera más responsable y comprometida?

 José Antonio Pagola

Dominó de Adviento

Descárgate el archivo, imprímelo y... ¡¡¡A JUGAR!! Una vez que abras el archivo para descargar el documento, se ve perfectamente. Descargar Dominó Navideño

La mies es mucha...


Mateo 9, 35-10, 1. 6-8
En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos". Después, llamando a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias. Les dijo: “Vayan en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente".

Reflexión
El evangelista recurre a la vida diaria de la gente sencilla para hacerles ver la urgencia de la predicación y extensión del reino de los cielos. Este reino es la presencia actuante de Dios en el corazón y la vida de los que le son fieles. Jesús siente la urgencia de que sea Dios quien gobierne la vida de aquellos que aceptan su invitación a tener en Dios a un padre y ver en los demás a hermanos muy queridos. Él mismo invierte todo su tiempo y esfuerzos en hacer saber que Dios quiere la felicidad de todos y lo hace porque es nuestro Padre, es una tarea que no se pude aplazar. Como un hombre sensible -semejante a su Padre misericordioso- se compadece de quienes le siguen porque ve que su vida, actuación y predicación es realmente Buena Noticia. Pero la necesidad es tanta que rebasa las capacidades del hombre, por eso se vuelve la mirada al Padre, para que los frutos obtenidos por el trabajo de evangelización no se pierdan. La gente deambula como ovejas sin cuidado, comida, atención y protección, Jesús quiere ser la respuesta a todas las necesidades, pero espera que nosotros también lo seamos.

Vigilad vuestra mirada

A veces vamos detrás de lo superfluo y dejamos a un lado lo importante. Lo esencial, muchas veces, es imperceptible a los ojos. ¿Vemos el aire? ¿Observamos el oxígeno? En cambio, lo comprobamos por nosotros mismos, sin ellos, no podríamos vivir. 
Demos gracias a Dios, en este día, porque su presencia, sus cosas, las cosas del Señor  las revela a gente como nosotros. A personas que no dudamos de El y que, por el contrario, preparamos su venida. ¡Cuántos hombres desearían tener lo que nosotros tenemos! ¡Cuántos hombres y mujeres todavía no conocen que, Jesús, nació para traernos la Salvación de Dios! Que nosotros, ya que lo vivimos por la oración, que lo hemos recibido por el Bautismo o que lo recibimos en la Eucaristía, sepamos valorar la suerte que tenemos de ver y oir lo que el Señor nos hace y nos dice.

Vivir el 33 domingo de TO, Ciclo C

LUCAS 21, 5-19
Como algunos hablaban del templo, ponderando la calidad de la piedra y el adorno de los exvotos, dijo:
- Eso que contempláis llegará un día en que no dejarán piedra sobre piedra que no derriben.
Entonces le hicieron esta pregunta:
- Maestro, ¿cuándo va a ocurrir eso? y ¿cuál será la señal cuando eso esté para suceder?
El respondió:
- Cuidado con dejarse extraviar, porque van a llegar muchos diciendo en nombre mío "Yo soy" y "El momento está cerca"; no os vayáis tras ellos. 9 Cuando oigáis estruendo de batallas y subversiones, no tengáis pánico, porque eso tiene que suceder primero, pero el fin no será inmediato.
Entonces dijo a los discípulos:
- Se alzará nación contra nación y reino contra reino, habrá grandes terremotos y, en diversos lugares, hambre y epidemias; habrá fenómenos terribles y señales grandes en el cielo.
Pero antes de todo eso os perseguirán y os echarán mano, para entregaros a las sinagogas y cárceles y conduciros ante reyes y gobernadores por causa mía. Tendréis en eso una prueba.
Ahora, haced el propósito de no preocuparos por vuestra defensa, porque yo os daré palabras tan acertadas que ninguno de vuestros adversarios podrá haceros frente o contradeciros.
Hasta vuestros padres y hermanos, parientes y amigos, os entregarán y os harán morir a algunos. Seréis odiados de todos por razón de mi persona, pero no perderéis ni un pelo de la cabeza.  Con vuestra constancia conseguiréis la vida.

PARA TIEMPOS DIFÍCILES

Los profundos cambios socioculturales que se están produciendo en nuestros días y la crisis religiosa que sacude las raíces del cristianismo en occidente, nos han de urgir más que nunca a buscar en Jesús la luz y la fuerza que necesitamos para leer y vivir estos tiempos de manera lúcida y responsable.

Llamada al realismo
En ningún momento augura Jesús a sus seguidores un camino fácil de éxito y gloria. Al contrario, les da a entender que su larga historia estará llena de dificultades y luchas. Es contrario al espíritu de Jesús cultivar el triunfalismo o alimentar la nostalgia de grandezas. Este camino que a nosotros nos parece extrañamente duro es el más acorde a una Iglesia fiel a su Señor.

No a la ingenuidad
En momentos de crisis, desconcierto y confusión no es extraño que se escuchen mensajes y revelaciones proponiendo caminos nuevos de salvación. Estas son las consignas de Jesús. En primer lugar, «que nadie os engañe»: no caer en la ingenuidad de dar crédito a mensajes ajenos al evangelio, ni fuera ni dentro de la Iglesia. Por tanto, «no vayáis tras ellos»: No seguir a quienes nos separan de Jesucristo, único fundamento y origen de nuestra fe.

Centrarnos en lo esencial
Cada generación cristiana tiene sus propios problemas, dificultades y búsquedas. No hemos de perder la calma, sino asumir nuestra propia responsabilidad. No se nos pide nada que esté por encima de nuestras fuerzas. Contamos con la ayuda del mismo Jesús: «Yo os daré palabras y sabiduría»... Incluso en un ambiente hostil de rechazo o desafecto, podemos practicar el evangelio y vivir con sensatez cristiana.

La hora del testimonio
Los tiempos difíciles no han de ser tiempos para los lamentos, la nostalgia o el desaliento. No es la hora de la resignación, la pasividad o la dimisión. La idea de Jesús es otra: en tiempos difíciles «tendréis ocasión de dar testimonio». Es ahora precisamente cuando hemos de reavivar entre nosotros la llamada a ser testigos humildes pero convincentes de Jesús, de su mensaje y de su proyecto.

Paciencia
Esta es la exhortación de Jesús para momentos duros: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas». El término original puede ser traducido indistintamente como «paciencia» o «perseverancia». Entre los cristianos hablamos poco de la paciencia, pero la necesitamos más que nunca. Es el momento de cultivar un estilo de vida cristiana, paciente y tenaz, que nos ayude a responder a nuevas situaciones y retos sin perder la paz ni la lucidez.

José Antonio Pagola

El 14 de noviembre tendremos la Superluna más grande en 70 años

Este noviembre la Luna se acercará a la Tierra mucho más de lo habitual, un evento que no se repetía desde enero de 1948 y que supondrá que veamos el astro mucho más grande de lo que se acostumbra. Este fenómeno tendrá lugar en las vísperas del 14 de noviembre y podremos ver la luna un 14% más grande y 30 % más luminosa que una media luna corriente. 

¿A qué se debe este fenómeno? 

Pues bien, el origen de esta rareza se explica gracias a la órbita elíptica de la luna. Nuestro satélite se encontrará muy cerca del punto de su órbita más cercano a la Tierra, 48.280 km más cerca que cuando se encuentra en el punto más lejano, llamado apogeo. De esta forma, nuestro satélite está mucho más cerca de la Tierra que habitualmente y recibe luz solar directamente que reflecta y hace que se vea más brillante y más grande en nuestro cielo. Esto se conoce como Superluna, o más técnicamente, Luna de perigeo.

No obstante, las superlunas son relativamente frecuentes. La última tuvo lugar el pasado 16 de octubre y después de la gran superluna de este 14 de noviembre, tendremos otra el próximo 14 de diciembre. Pero la atención recae en la de noviembre ya que se completará en aproximadamente dos horas, lo que alimentará la sensación de verla con mayor tamaño."La luna llena del 14 de noviembre no es sólo la luna llena más cercana de 2016, sino también la luna llena más cercana hasta la fecha en el siglo XXI", asegura la NASA en un comunicado de prensa. 

"La luna llena no volverá a estar tan cerca de la Tierra hasta el 25 de noviembre de 2034".

Para ver la superluna, al igual que otro evento astronómico, es aconsejable desplazarse a un lugar agradable y oscuro alejado de las grandes ciudades y luces. Se podrá apreciar durante toda la noche, pero se espera que se alcance el pico de su fase completa en la mañana del 14 de noviembre a las 13.52 horas en España.

¿Miedo?

El miedo es verdad que paraliza. El miedo recorta la libertad, a más miedo, menos libertad...y menos posibilidad de ejercer todas nuestras capacidades y potencialidades de modo eficaz. Lo contrario al miedo es la valentía, o el arrojo... es verdad, pero quien lo posea para unas cosas le puede faltar para otras...o puede tener arrojo para cosas no importantes, y sí para las importantes. De todas todas necesitamos cierta valentía, para que la vida (no los negocios) no nos coma.

Hay un antídoto que se ha despreciado durante estas últimas décadas, y que, poco a poco se va viendo lo importante y necesario que era, y me refiero a la esperanza que otorgaba la fe. La esperanza es la convicción de que no pasa nada nunca,...aunque pase!! pues Dios está con nosotros.

Hemos ido quitando poco a poco a Dios de nuestras vidas y, cada día más, se va apoderando el miedo de la gente...creo que no exagero.

Hay miedo a la vida, miedo a las consecuencias de la fidelidad, hay miedo a la enfermedad y a la muerte...hay miedo al sufrimiento....y todo esto hace que la calidad de vida sea mala, baja.

La oración, la fe en Cristo, sin darnos cuenta, nos hacía vivir todas estas realidades de un modo absolutamente distinto...con más sosiego. Hoy no. La gente sufre por sólo pensar que va ha sufrir...

Una pena. El Señor había pensado todo cuando nos regalaba la fe...pero nosotros hemos pensado que lo podíamos mejorar... Cmo no puede ser de otro modo es un grandísimo error intentar corregir al Creador.

Desde el Corazón... ¡Ponte en camino!

Al que prepara el camino al Mesías, Juan el Bautista, le toca barrer los caminos, quitar obstáculos, limpiar, arreglar la senda para que se pueda transitar sin dificultad. Copiémonos de Juan. Vayamos detrás de él con nuestra vela, intentemos prender luz de la llama de su profunda fe.

¡Pongámonos en camino, con ánimo, incansablemente! Merece la pena el esfuerzo. No podemos quedarnos parados. Con el Bautista aprendemos a no ser protagonistas sino servidores, gente que señala dónde está Belén, dónde está el misterio del Dios que se encarna y se hace pobre para compartir nuestra vida.

La esperanza del Adviento nos impulsa, es dinámica, no se puede quedar quieta. ¡Adelante!

Duele demasiado (David Bisbal) - Video

Puedes alcanzar...


Celebraciones de Adviento

En este enlace podréis descargar algunas celebraciones de Adviento.
http://www.box.com/shared/l956oss82gnq4prf3q6p

Preparando el cumpleaños de Jesús


Dentro de poco celebraremos el "cumpleaños de Jesús". Os dejamos este archivo de audio con un interesante mensaje.

Recursos de Adviento

Aquí podréis ver unos buenos recursos de Adviento de Javier Leóz.
http://www.javierleoz.org/Javier%20Leoz/CICLO%20%28A%29%202010/Material%20de%20adviento.htm

Vivir el domingo 32, Ciclo C

LUCAS 20, 27-38
Se acercaron entonces unos saduceos, de esos que niegan la resurrección, y le propusieron  este caso:
- Maestro, Moisés nos dejó escrito: "Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero no hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano". Bueno, pues había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. El segundo, el tercero y así hasta el séptimo se casaron con la viuda y murieron también sin dejar hijos. Finalmente murió también la mujer.  Pues bien, esa mujer, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos va a ser mujer, si ha sido mujer de los siete?
 Jesús les respondió:
- En este mundo, los hombres y las mujeres se casan;  en cambio, los que han sido dignos de alcanzar el mundo futuro y la resurrección, sean hombres o mujeres, no se casan;  es que ya no pueden morir, puesto que son como ángeles, y, por haber nacido de la resurrección, son hijos de Dios. Y que resucitan los muertos lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "el Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob" (Éx 3,6). Y Dios no lo es de muertos, sino de vivos; es decir, para él todos ellos están vivos.

A DIOS NO SE LE MUEREN SUS HIJOS

Jesús ha sido siempre muy sobrio al hablar de la vida nueva después de la resurrección. Sin embargo, cuando un grupo de aristócratas saduceos trata de ridiculizar la fe en la resurrección de los muertos, Jesús reacciona elevando la cuestión a su verdadero nivel y haciendo dos afirmaciones básicas.

Antes que nada, Jesús rechaza la idea pueril de los saduceos que imaginan la vida de los resucitados como prolongación de esta vida que ahora conocemos. Es un error representarnos la vida resucitada por Dios a partir de nuestras experiencias actuales.

Hay una diferencia radical entre nuestra vida terrestre y esa vida plena, sustentada directamente por el amor de Dios después de la muerte. Esa Vida es absolutamente «nueva». Por eso, la podemos esperar pero nunca describir o explicar.

Las primeras generaciones cristianas mantuvieron esa actitud humilde y honesta ante el misterio de la «vida eterna». Pablo les dice a los creyentes de Corinto que se trata de algo que «el ojo nunca vio ni el oído oyó ni hombre alguno ha imaginado, algo que Dios ha preparado a los que lo aman».

Estas palabras nos sirven de advertencia sana y de orientación gozosa. Por una parte, el cielo es una «novedad» que está más allá de cualquier experiencia terrestre, pero, por otra, es una vida «preparada» por Dios para el cumplimiento pleno de nuestras aspiraciones más hondas. Lo propio de la fe no es satisfacer ingenuamente la curiosidad, sino alimentar el deseo, la expectación y la esperanza confiada en Dios.

Esto es, precisamente, lo que busca Jesús apelando con toda sencillez a un hecho aceptado por los saduceos: a Dios se le llama en la tradición bíblica «Dios de Abrahán, Isaac y Jacob». A pesar de que estos patriarcas han muerto, Dios sigue siendo su Dios, su protector, su amigo. La muerte no ha podido destruir el amor y la fidelidad de Dios hacia ellos.

Jesús saca su propia conclusión haciendo una afirmación decisiva para nuestra fe: «Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos». Dios es fuente inagotable de vida. La muerte no le va dejando a Dios sin sus hijos e hijas queridos. Cuando nosotros los lloramos porque los hemos perdido en esta tierra, Dios los contempla llenos de vida porque los ha acogido en su amor de Padre.

Según Jesús, la unión de Dios con sus hijos no puede ser destruida por la muerte. Su amor es más fuerte que nuestra extinción biológica. Por eso, con fe humilde nos atrevemos a invocarlo: «Dios mío, en Ti confío. No quede yo defraudado» (Salmo 25,1-2).

 José Antonio Pagola

Día de Difuntos

Quise escribir un "compartiendo vida" para el Día de Difuntos... pero mi corazón y mi cabeza discutían poniendo en combate la razón y la fe.
Finalmente ganó la fe y pude comprobar que cuando amas algo y a alguien las preguntas se tornan vacías, el espíritu de la verdad y el amor reside en ti sin proponértelo y ese cariño que albergas en tu interior te ofrece razones suficientes para recordar a los seres que has querido como parte fundamental de aquello que eres en esencia.
Por eso, las palabras sobran, perdura el amor que siempre es eterno a pesar de que las personas que amas no estén cerca de ti.
Lo que eres hoy es parte del amor que te han ofrecido en esta vida y lo que serás mañana formará parte del bien que han dejado a su paso en tu ser.

Encar
www.reflejosdeluz.net

Amar la arcilla

Debes amar la arcilla
que va en tus manos.
Debes amar tu arena
hasta la locura.
Y si no,
no la emprendas que será en vano.
Sólo el amor
alumbra lo que perdura,
sólo el amor
convierte en milagro el barro.
Debes amar el tiempo
de los intentos.
Debes amar la hora
que nunca brilla.
Y si no,
no pretendas tocar los yertos.
Sólo el amor
engendra la maravilla,
sólo el amor
consigue encender lo muerto.

Oración vocacional noviembre 2014

En ESTE ENLACE podéis descargar una oración vocacional para el mes de noviembre

Confianza

Cierta vez un niño visitó una pequeña pero hermosa casa en un tranquilo barrio. La casa era de dos pisos, con alfombras en los cuartos, paredes blancas y una gran ventana con vista al jardín. Le
encantó aquel lugar y en su corazón pidió a Dios tener una casa así al crecer, para poder ver crecer a sus hijos. El tiempo pasó y aquel niño creció y como es costumbre, olvidó esa y muchas otras
peticiones que se hacen a Dios cuando se es niño. Estudió, se graduó como profesional y se casó.

Una noche clara de verano mientras su esposa dormía tranquilamente en su primer mes de embarazo, tomó la Biblia y leyó el Salmo 37:4 que dice: "Deléitate en el Señor, y Él te concederá los deseos más profundos de tu corazón". Por un momento se detuvo a pensar y meditaba mientras caminaba por la alfombra del cuarto, entonces bajó al primer piso de su casa. Al llegar abajo cayó de rodillas, y rodeado de paredes blancas, en medio de la quietud de aquel barrio, mientras miraba por la ventana grande que daba al jardín... agradeció en medio de lágrimas a Dios diciendo: "Gracias Señor, pues eres fiel en todo y cumples aún aquello que yo mismo había olvidado...".

Todos tenemos sueños, deseos y anhelos y muchas veces nos frustramos por no alcanzarlos dejando de lado la confianza en Dios y la fe de creer en sus palabras, y olvidamos aquella frase de la Biblia que dice: "Poderoso es Dios para cumplir lo que promete". Si tienes un corazón puro, deseoso de servir a Dios cada día, no te debe quedar ninguna duda de que Dios cumplirá, pues su fidelidad es eterna.

Fiesta de Todos los Santos

Celebramos a las personas que han llegado al cielo, conocidas y desconocidas el 1 de noviembre.
Santo es aquel que ha llegado al cielo, algunos han sido canonizados y son por esto propuestos por la Iglesia como ejemplos de vida cristiana.
Comunión de los santos
La comunión de los santos, significa que ellos participan activamente en la vida de la Iglesia, por el testimonio de sus vidas, por la transmisión de sus escritos y por su oración. Contemplan a Dios, lo alaban y no dejan de cuidar de aquellos que han quedado en la tierra. La intercesión de los santos significa que ellos, al estar íntimamente unidos con Cristo, pueden interceder por nosotros ante el Padre. Esto ayuda mucho a nuestra debilidad humana.
Su intercesión es su más alto servicio al plan de Dios. Podemos y debemos rogarles que intercedan por nosotros y por el mundo entero.
Aunque todos los días deberíamos pedir la ayuda de los santos, es muy fácil que el ajetreo de la vida nos haga olvidarlos y perdamos la oportunidad de recibir todas las gracias que ellos pueden alcanzarnos. Por esto, la Iglesia ha querido que un día del año lo dediquemos especialmente a rezar a los santos para pedir su intercesión. Este día es el 1º de noviembre.

Este día es una oportunidad que la Iglesia nos da para recordar que Dios nos ha llamado a todos a la santidad. Que ser santo no es tener una aureola en la cabeza y hacer milagros, sino simplemente hacer las cosas ordinarias extraordinariamente bien, con amor y por amor a Dios. Que debemos luchar todos para conseguirla, estando conscientes de que se nos van a presentar algunos obstáculos como nuestra pasión dominante; el desánimo; el agobio del trabajo; el pesimismo; la rutina y las omisiones.