Comienza el tiempo de adviento y nuestro barco toma rumbo hacia el encuentro con Jesús.
Un Jesús que se nos manifiesta débil, pequeño, pobre, indefenso… pero que con su presencia nos habla del mayor amor que Dios ha pronunciado por los hombres y mujeres de nuestro mundo.
Nuestro barco, con toda su tripulación toma rumbo hacia Jesús, queremos llevarle nuestras ofrendas pero ¿hacia dónde dirigirnos? ¿cómo encontrar el trayecto que nos guíe hacia Él?
En nuestra ruta marítima vamos a ir encontrando señales que nos lleven hacia Él.
Especialmente vamos a encontrar esas señales en los mensajes que iremos encontrando, mensajes en una botella que nos indicarán qué es lo que tenemos que ir cambiando en nuestras vidas para llegar a Él.
Os deseamos buen trayecto, buenos compañeros de viaje, buenos catalejos para poder encontrar las botellas y… buen corazón para vivir siempre encaminando nuestra ruta hacia el AMOR.
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