María y José se
encontraron en la difícil situación de no tener posada, de no encontrar un
lugar donde poder tener al Hijo de Dios.
Con un medio de locomoción sencillo (un burro)
caminaron y caminaron sin perder la esperanza de que alguien les ayudaría.
Desde nuestro barco descubrimos esa imagen de José
y María caminando sin rumbo hacia un lugar tranquilo donde poder cuidar a su
hijo.
Muchas personas en nuestro mundo viven a diario la
misma situación, no tienen un techo donde cobijarse ni un lugar donde
resguardarse del frío.
No podemos perder la esperanza de que OTRO MUNDO ES
POSIBLE, no podemos abandonar y dejar a la deriva este alto ideal aunque a
veces las circunstancias hagan que se nuble la lente de nuestro catalejo.
Os proponemos recortar
en una cartulina la silueta de un barco y dentro de ella pegar fotografías de
personas que necesitan ese cobijo. En esta semana pediremos por ellas y por
nosotros mismos para que Dios nos ayude a no perder la esperanza de conseguir
un mundo mejor.
Muchas gracias
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