¡Para que pides!...Si no tienes fe en ti mismo... en la vida...¡ni en Dios!
¿Para qué felicidad y maravillas? Si tienes el mundo, que es un libro de sabiduría...
¡Y no sabes leerlo!
¿Para qué quieres estrellas...Si te falta la luz?
¿Para que pides felicidad….Si no te conviertes a ellas, si se te regateas la fe, si no le das lugar a Dios, si le reduces el espacio de tu corazón?
¿Si andas el camino y los acontecimientos, con las antenas cerradas?
Para qué decir: Señor... dame la felicidad...¿si no estas dispuesto a ser feliz...?
Es Adviento, dejemos que Dios nos envíe, con Jesús, un poco de felicidad.
Y que, la Navidad, sea una razón para dejar que, el corazón, baile, disfrute y pueda ser una gruta donde Dios nazca de verdad. ¿Lo intentamos? ¡Vamos a ello!
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