El misterio de la vida


“Hablar del misterio de la vida puede ser un sacrilegio: es necesario acercarse poco a poco, quitarse las sandalias y pisar tiernamente en ese lugar santo.

Quiero pues quitarme las sandalias, dejar mis pies en contacto con la tierra y hundirlos en ella con la certeza de que aprenderé poco, de que captaré apenas algo del lugar donde estoy. Y más todavía, tengo la certeza de que mi percepción dependerá mucho de mi estado existencial interior, de la simpatía o antipatía en relación con la tierra que voy a pisar...

Mucho dependerá también de mi valentía al pisar, de mi miedo de mancharme los pies, o tal vez del temor de lastimarlos con el guijarro escondido en la arena, que sólo se manifiesta en la sangre que hace brotar... mucho dependerá en fin de la pasión que llevo en el corazón y que me hace amar, amar el acto de amar, amar el hecho de ser amada...” (Ivonne Guevara)  

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