Pasión por la libertad


En el ser humano hay una pasión innata por la libertad.
Ser libre es correr riesgos. Ser libre es decidir la propia vida. Ser libre es emprender caminos propios. La libertad puede producir a veces angustia, la angustia de equivocarse, pero, a pesar de ello hay que lanzarse. No podemos esperar que los otros decidan ni hagan las cosas por nosotros.
La libertad es desinstalación. Es un camino difícil. La libertad es la negación de la comodidad.
La libertad es algo más que ausencia de coaciones, como la santidad es algo más que ausencia de pecado.
Hay “libertad de...” que nadie te aprisione, nadie te encadene... pero la libertad positiva es la “libertad para...” perseguir una ilusión, conseguir una meta, luchar por un ideal o una creencia...
¿De qué te seviría tener libres tus pies si no sabes a dónde dirigir tus pasos? ¿De que te serviría tener libres las manos, el pensamiento, el corazón si no haces nada con ellas?. La libertad, como el movimiento, se demuestra andando.
Un hombre es libre cuando, exento de ataduras, tiene entusiasmo para intentar algo y se entrega a ello con responsabilidad.

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