"La fortaleza es el amor que estimula y anima el corazón para ejecutar lo que el consejo ha determinado que debe ser hecho".
Dios mismo es calificado en la Escritura como `él Señor, el fuerte, el valiente" (Salmo 24). Es el don de los militantes, el de los mártires, el de los que "son fuertes" y se man tienen en pie, con dignidad ante el dolor, el sufrimiento y la muerte; ante las amenazas de los arrogantes...
"Los llenó a todos del Espíritu Santo y anunciaban con valentía el mensaje del Señor" (Hechos 4, 31).
"El Espíritu acude en auxilio de nuestra debilidad... Sabemos tamnbién que, con los que aman a Dios, él coopera en todo para su bien" (Rom. 8, 26-28).
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