Las soluciones fáciles las tomamos cuando no queremos gastar tiempo en intentar arreglar algún problema.
Buscar las razones lógicas ante una situación difícil no es del todo complicado, casi siempre tenemos razones que nos dicta nuestra cabeza para consolarnos y auto convencernos de que lo que estamos haciendo es lo que debemos hacer.
Investigar, analizar, profundizar e intentar enfrentarnos a aquello que nos duele o incomoda no es una tarea atractiva. Con frecuencia preferimos evadir esos momentos porque es más cómodo para nosotros coger el pincel de lo fácil.
Pero hay una cosa que está clara: el tiempo que "gastamos" en buscar las razones de nuestros problemas nunca es tiempo perdido porque nos ayuda a crecer, a enfrentarnos a la vida y, en definitiva, nos ayuda a ser mejores de lo que somos porque nos da un toque de autenticidad interior que "lo fácil" nunca da.
Por eso, hoy opto por dedicar tiempo para entender lo que no entiendo, en proponer lo que ya no tengo ganas de comunicar, en ilusionarme con la vida que tengo por delante, en dejar atrás aquello que no me da alas de libertad y en compartir aquello que soy con lo que soy y desde lo que soy.
Creo a ciencia cierta que Jesús no optó por lo fácil, no cubrió los colores oscuros con colores luminosos y alegres para "salir del paso". Jesús optó por la verdad, por la dedicación de tiempo y vida en dar luz a aquello que estaba en tinieblas.
Encar
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