Haz latir el corazón del mundo.
Andas siempre agobiado que lo que buscas es salir,
desconectar, escapar, huir…
Y Dios te mira…
¡Te ve tan despistado!
Que decide entrar donde tú no te atreves.
Dios quiere habitarte.
Hijo. ¿Cómo andas de espacio?
Ya es hora que despiertes del sueño.
Porque te he dado un vistazo y me gusta lo que he visto.
Déjame entrar, siente mi corazón latiendo dentro de ti.
Tendrás más espacio del que nunca tuviste.
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