La siguiente oración compuesta por religiosos cristianos, judíos y musulmanes se utilizó en muchos lugares en cultos interreligiosos en la época de la Guerra del Golfo en 1991:
Dios eterno, Creador del universo, no hay otro Dios más que tú.
Grandes y maravillosas son tus palabras, admirables son tus caminos.
Te damos gracias por la gran variedad esplendorosa de tu creación.
Te damos gracias por las muchas formas en que afirmamos tu presencia y designio,
y la libertad de hacerlo así.
Perdona nuestros ataques a tu creación.
Perdona nuestra violencia contra nuestro prójimo.
Estamos sobrecogidos y agradecidos por tu amor persistente
a todos y cada uno de tus hijos:
cristianos, judíos, musulmanes,
así como a los de otras religiones.
Concede a todos y a nuestros dirigentes los atributos de los fuertes;
respecto mutuo en palabras y hechos,
moderación en el ejercicio del poder, y
la voluntad de paz con justicia para todos.
Dios eterno, Creador del universo, no hay otro Dios más que tú. Amén.
(Tomado de Current Dialogue 24/93, p.36)
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