Mt 22,1-14
Sobre la roca de la fe encontramos a María en el Pilar de Zaragoza. Ella nos recuerda la invitación permanente del Evangelio a una fiesta muy especial. Una fiesta organizada para la boda del hijo de un rey. Y, sin embargo, muchos de los invitados no quieren acudir. ¡Increíble! El rey, entonces, convida a otros invitados, pero alguno no va con el traje adecuado. No se ha enterado de la importancia de la fiesta. ¡Qué pena! ¡Cuánta gente despistada! El rey invitando a algo sin parangón y ¡qué poca respuesta!
Celebrar a la Virgen del Pilar ha de removernos para no olvidar nunca que, cada domingo, tenemos una cita con el Señor en la eucaristía.
Continuemos esta semana rezando por el Sínodo de la Familia que se celebra en Roma.
Santa María, en tu Pilar recuerda a todos tus hijos que a veces se tambalean por los vaivenes de la vida. Que tu Pilar sostenga a tantos que se dirigen maternalmente a ti. Llévalos a Jesús.
Texto: Fernando Cordero ss.cc.
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